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domingo, 11 de marzo de 2012

LA METALURGIA Y LA MINERIA

  La búsqueda de materiales exóticos y metales estaba  destinada a surtir una extraordinaria cadena de producción artesanal especializada, encontrando e el mundo griego y en los habitantes de Iberia algunos de sus principales  destinatarios.
  Hasta la edad del hierro el monopolio del comercio de los metales puede haber sido una prerrogativa de los reyes.           
  Este comercio se hacía por vía acuática. Las nuevas técnicas de la metalistería fenicia fueron transmitidas a los tartesios y nativos en general, según se comprueba en objetos de prestigio hallados en varias necrópolis.
  Desde el tercer milenio antes de Cristo, se sabe de la presencia de marinos y comerciante fenicios en las costas del sureste peninsular, contactando con los pueblos de la Cultura Megalítica y posteriormente con la cultura de El Algar. 
   La escasez de materias primas en sus lugares de origen, hizo que estos fenicios buscaran materias primas por toda la costa mediterránea.
   En aquellos tiempos, la Península Ibérica contaba con una de las reservas de plata, oro, plomo, cobre y estaño más ricas de occidente, nace el mito de Tharsis.
  Los primeros intercambios comerciales y culturales se producían generalmente en las mismas playas, mediante contactos directos con los mineros y artesanos del lugar, será a partir del primer milenio antes de Cristo, cuando se produce la verdadera incorporación de la Península Ibérica a la cultura Mediterránea y al mundo civilizado de la época.
   Los navegantes y comerciantes fenicios, comenzaron a establecer pequeñas factorías en las costas de las regiones mineras, con el fin de controlar las rutas comerciales.
La desembocadura del río Almanzora y el SE., rico en minerales de galena argentífera, cobre, hierro e incluso oro, debió albergar indudablemente un poderoso núcleo desde el s. IX, débilmente detectado, pero presentido por la existencia de metalurgia y metalistería de bronce, fíbulas de codo, brazaletes de marfil, cuentas de pasta vítrea, hierro, e incluso, por generalizarse el rito de la incineración en gran parte del territorio.
   Los fenicios, asentados en el litoral andaluz entre los siglos XIV y XII a.C. aportaron no sólo nuevas técnicas para el aprovechamiento de los recursos minerales, sino también mejores sistemas comerciales para distribuir los metales de los tartesios por el mercado mediterráneo, a través de factorías y asentamientos costeros.
  El distrito minero de Huelva, con la localidad de Tharsis a su cabeza, alcanzó una gran importancia como centro comercial de distribución de metales por las costas y el interior andaluz. La expansión minera de los fenicios alcanzó también las minas de plomo de Almería y la provincia de Jaén, en cuyas minas extraían la plata contenida en el plomo.
Se han encontrado varios hornos de fundición con restos o lingotes de plomo, de estaño y de algunas carbonillas, en la Fonteta,  (Crevillente-Alicante) en Villaricos ( Baria-Almeria) y en las distintas necrópolis y poblados de la Península Ibérica.
  Analizando la totalidad de estos materiales metalúrgicos en función a una serie de variables como la cronológica y la adscripción a etapas concretas del proceso metalúrgico, observamos una clara tendencia que marca un descenso de la producción metalúrgica conforme nos alejamos de niveles fundacionales y nos acercamos al cambio de milenio. No obstante, esta apreciación requiere una serie de matizaciones concretas para cada uno de los períodos.
  La cantidad total de elementos metalúrgicos y metálicos pertenecientes al período colonial supera a las dos etapas posteriores; sin embargo, la presencia de mineral de hierro, por ejemplo, es mucho mayor para el período urbano.
  En el Cerro de Montecristo (Adra- Almeria ) se han encontrado restos de galena, cuchillos de cobre, básicamente clavos, anzuelos, varillas, plaquitas, piezas
circulares, etc.; y una pesa de red de plomo.
  La extracción y comercialización de metales debió constituir, siempre bajo presupuestos organizativos lógicos, un modelo de riqueza bastante rentable. Ello se debe a que el beneficio de metales no es una actividad temporal como sucede con la agricultura, la recolección o la pesca; lo cual les permitiría un aprovechamiento continuo del medio, sin  problemas de carácter estacional.
  Entre el siglo X y el VI a.C., el pueblo de los tartesios, de fundación fenicia, y como sabemos vivían también sus ciudades, se caracterizó por disponer de abundante plata, estaño, plomo y oro, lo cual deja constancia de la importancia que esta civilización otorgó a la minería. 
  Las principales explotaciones mineras fueron las de Riotinto (Huelva), de las que extraían cobre, plata y oro de los yacimientos piríticos.
Igualmente, los tartesios realizaron la explotación de diferentes minas en la provincia de Córdoba, como las de cobre de Cerro Muriano y las de plata de Fuenteovejuna, y en la provincia de Almería, en las que extraían plomo de las minas de Sierra de Gádor, Berja y Dalías.
  En el año 3.000 a.C, la era del metal, se consiguió en los Lobos plata pura y galena argentífera; mezcla de plata y plomo. Comienzan a usarse técnicas de fisión. Los poblados estaban ubicados en colinas altas estratégicas y también en llanos del río Almanzora.
  El reino de Tartessos era la  principal fuente del oro, plata y cobre fenicio, atribuida su ubicación al entorno de los importantes yacimientos metalíferos del suroeste de la Península Ibérica.
Otras fuentes de aprovisionamiento de metales se sitúan en la isla de Chipre (cobre), en las costas de la actual Etiopía (oro y plata) o en la Costa de Marfil (oro).
  Las motivaciones de carácter económico son las que explican la penetración de las influencias coloniales por Extremadura y la Meseta, pues presentan un atractivo por su riqueza agrícola y ganadera y sobre todo minera.
  Con la llegada de los fenicios por la denominada “Ruta del Sur” a la Península Ibérica se produce un florecimiento de la minería y la metalurgia en el sureste peninsular, destacando las explotaciones del Cabezo Rajado, Cabezo Agudo y Cabezo de la Cuesta de las Lajas, cercanos a la antigua ciudad de Mastia (Cartagena) y a la conocida como “Ciudad del Plomo” (Portman)
  Fué Aleto, minero mastieno quien descubrió la forma de beneficiar las galenas argentíferas mediante el método de la copelación.
 De la Meseta de la tierra de los Celtíberos, obtenían lapis especularis que les servía par hacer espejos, también obtenían la sal Gema , sal de minas que luego comercializaban a través de todas sus redes de comercio.
Se adentraban en la meseta para alcanzar la región minera del Noroeste Peninsular.
 Los metales y la sal parecen haber sido los elementos fundamentales que impulsaron estos intercambios, desde el Levante peninsular hasta las costas de la Galia, pasando por el litoral catalán y un comercio de vinos y aceite, como se deduce de la presencia de las ánforas.
 Estaño, plata, oro, cobre, hierro, eran comercializados por los fenicios hacia el mediterráneo Central y Oriental.
  La técnica metalúrgica empleada por los mineros del poblado del Cerro Salomón para la obtención del mineral de plata, no deriva de la empleada por las gentes del Argar,y todos los avances observados en ella se encuentran documentados en la Palestina del siglo X a.C. en las minas del desierto de Arabia. 
  Los martillos de piedra documentados en Río Tinto, Tejada y Cerro Muriano (Córdoba),son similares a los utilizados por los mineros del Arabab Occidental (Palestina) en sus campamentos de trabajo del s. X a.C Todo ello revela que no parece haberse desarrollado según sus manifestaciones arqueológicas hasta el s. VIII a.C.,nos lleva a pensar que fueron los fenicios los que introdujeron en esta área de la Península Ibérica los conocimientos técnicos necesarios para la realización de una metalurgia del bronce, y para la extracción y obtención de los minerales de plata y cobre, amén del conocimiento del hierro. Fueron los fenicios los primeros que obtuvieron el estaño de la Fachada Atlántica ,necesario para la fabricación de los bronces meridionales y para la composición de espejos.
  Fueron los fenicios y celtas quienes enseñaron alos íberos a trabajar el metal, y con él fabricaban los aperos de labranza, armas y todo tipo de herramientas.
La copelación es una técnica metalúrgica aplicada desde la antigüedad para el beneficio de la plata incluida en la galena (aquí, sobre su uso en el mundo turdetano/tartésico), y fue el método de refino más utilizado para la plata y el oro hasta la Edad Moderna. Hoy la copelación se sigue usando como método analítico para medir la pureza de oro, pues esta técnica de refino es todavía la de mayor eficacia, rebajando las impurezas al 0,01 %, (esta concentración es hoy el oro de 24 kilates).

El refinado mediante copelación aprovecha la afinidad del oro y la plata por el plomo para lavar y separar los metales preciosos de otros, como por ejemplo del cobre o del hierro.

Cuando estando el oro primario incluido en la calcopirita y pirita, lo primero a hacer sería tostar en horno los sulfuros para volatilizar el azufre (y el arsénico) y oxidar hierro y cobre. 
Así lograremos liberar las partículas de oro de los cristales de calcopirita (CuFeS2) o pirita (FeS2), obteniendo como resultado un concentrado metálico formado por óxidos de hierro, cobre y oro libre. Hecho esto, deberíamos mezclar esos óxidos con plomo y fundirlos en horno a unos 330 ºC. El plomo así derretido capturará el oro y podemos verterlo en una pequeña vasija o copela. Calentando de nuevo la copela en un horno bien aireado a 900 ºC, oxidamos el plomo convirtiéndolo en litargirio o óxido de plomo (PbO), que funde a unos 890 ºC, decantando el oro sólido al fondo de la copela. Si la copela es porosa, el litargirio fundido se infiltrará en los poros, y nos bastaría raspar el fondo de la copela o romperla para sacar el oro. Cuando las cantidades a copelar son grandes no utilizamos copelas, sino que disponemos los óxidos y el plomo en lechos de cal dentro del horno.

OCRE

CINABRIO 

LITARGIRIO

MINIO

ALUMBRE

ORICALCO


LOS HINTERLAND FENICIOS

EL HINTERLAND DE MAZARRON

EL HINTERLAND DE VINARRAGELL

 HINTERLAND TARTESICO EN LA MANCHA

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EL HINTERLAND DEL RIO GUADALHORCE

EL HINTERLAND DE LA FONTETA

 EL HINTERLAND DE ANDALUCIA

  EL  HINTERLAND DE HUEVA

EL HINTERLAND DE GADIR

ALHONOZ Y SU HINTERLAND 

EL HINTERLAND DE EXTREMADURA

CASTULO Y SU HINTERLAND

EL HINTERLAND DEL CERRO DE ALCORCON

EL HINTERLAND DE MASTIA

AKRA LEUKA Y SU HINTERLAND

EL HINTERLAND  DE SUKRO – CULLERA

EL HINTERLAND DE  AMPURIAS

HINTERLAND DE ALLONIS