En lo que respecta a las naves de guerra, las habituales eran las del ámbito griego, las trirremes y las penteras. Esta última, sin embargo, no solo servia para estos fines, sino que su versatilidad la hizo ser también el navio con el que realizaron muchos viajes de exploración y por supuesto igualmente piratería, ya que los limites entre exploración, comercio y piratería podian llegar a ser muy difusos según la conveniencia del momento. Como sus nombre dan a entender, la pentera, era una nave de 50 remos, mientras que la trirreme era más grande y poderosa, en la que 170 remeros dispuestos en tres filas, más 30 de reserva, eran necesarios para ponerla en boga. Disponía también de dos remos de gobierno y un mástil de 90 cms. de diámetro sujeto por dos estays, así como tres perchas y tres escaleras de mano.
Barco de guerra (pentera) en moneda fenicia de Sidón
Para intentar dibujar mentalmente y hacernos una idea de cuantas naves de ese tipo podría tener la talasocracia de Gadir, pongamos como ejemplos que Sidón, una de las más importantes ciudades de la costa fenicia, tenía más de 100 en el siglo IV a.c. y la mismísima Atenas disponia de más de 200. Está claro que para la ciudad de Gadir, las cifras deben ser claramente inferiores y tenemos dos notícias al respecto, aunque son del siglo I a.c.
En una de ellas, Dión Casio dice que para la campaña de César contra los lusitanos del año 61 a.c., recibió este de los gaditanos navíos para embarcar a 18.000 hombres y asaltar la isla donde se habían refugiado, lo que da aproximadamente entre 80 y 90 naves. La otra cita es del mismo César en su "Guerra civil", donde cuenta que en el año 49 a.c. Varrón militante del bando contrario, el pompeyano, obligó a los gaditanos a equipar 10 naves.
De estas dos notícias la conclusión más probable a sacar es que esas embarcaciones fueran la gran mayoría naves de carga, aunque es incuestionable que Gadir disponía también de penteras, por otra mencion en los textos que será expuesta en un artículo aparte proximamente, al hablar de un explorador y sus tentativas de viajes y que está vinculado a la urbe gaditana.
El navío fenicio de carga es un barco panzudo denominado con el término griego "gauloi". Los pecios hasta ahora encontrados suelen darnos la imagen de un barco de una capacidad de 75 toneladas, es decir, con capacidad para transportar 1.500 ánforas aprox. aunque también se han encontrados pecios con una capacidad mayor, de 75-200 toneladas, capaces de llevar en su interior de 2.000 a 3.000 ánforas, dejando pues para fase ya metida en plena época romana, barcos que superan esa capacidad, con más de 250 toneladas o lo que es lo mismo, 6.000 ánforas en su bodega.
Barco de carga fenicio (gauloi o gaulos)
Por último en cuanto a la tipología de los barcos hay que hacer mención al que es posiblemente el más caracteristico y abundante de cuantos conforman la flota gaditana o gadirita. Este no es otro que el conocido igualmente con el término griego "hippoi" o "hippos" por la alusión a la cabeza de caballo que lucía en la proa de dichas naves. Eran embarcaciones pequeñas y dedicadas practicamente en exclusiva para la pesca, ya sea cercana o a los distintos caladeros y aguas que frecuentaban la flota de pesca de la ciudad de Gadir.
En cuanto a los materiales que se usaban para la fabricación de la distintas naves habremos de decir, que los fenicios fueron los primeros en fabricar en lo que hoy llamaríamos "en serie" sus barcos, sobre todo, en referencia a las naves de guerra.
Los bosques que circundan o estan cercanos a la bahía gaditana se componen principalmente de alcornoques, hoy día la provincia sigue manteniendo uno de los bosques mas extensos y mejor conservados de la península, quejigos, acebuches y encinas. Del alcornoque su producto más evidente es el corcho, que sería utilizado para las artes de pesca. La encina y el quejigo proporcionarían su excelente madera para la construcción de los barcos y dejamos para el último el acebuche u olivo silvestre, porque aparte de que su madera es muy apreciada para la ebanisteria, también serviría de combustible para los múltiples alfares de fabricación cerámica, pero no hay que olvidar la connotación religiosa y mítica, si queremos llamarlo así, que también lleva implícita, ya que no olvidemos que la maza de Herakles-Melkart estaba fabricada de una rama de acebuche y el acebuche como hemos dicho, no solo estaba y sigue presente en la bahía de Càdiz, sino que una de las islas gaditanas era denominada Kotinoussa por su abundancia en dicho árbol, formando posiblemente un bosque sagrado consagrado al mismo dios, ya que también su famoso templo, estaba localizado en uno de los extremos de dicha isla, no hay que olvidar tampoco que según recogen algunos autores antiguos, uno de los tesoros de dicho templo consistia en el reverenciado olivo de Pigmalyon de oro y esmeraldas, convirtiendo todo este espacio en un verdadero "locus" sagrado, tal como hemos manifestado...