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domingo, 12 de febrero de 2012
LAS FRAGANCIAS DE JERICO
En la antigüedad, los fenicios, cananeos, asirios, egipcios y otros pueblos hacían preparados con aceites esenciales que se utilizaban en medicina, cosmética, baños, y para armonizar los templos. Cada planta posee un aroma característico, un grupo de propiedades e indicaciones en la que puede ser utilizada, y su propio valor en el mercado.
Los fenicios se convirtieron en los primeros distribuidores de perfumes de la cuenca mediterránea y fueron los suministradores de esencias para los habitantes de sus colonias. Esto es comprensible gracias a los frascos de vidrio o de pasta vítrea, que cambiaron o vendieron, y que encontramos en todos los museos arqueológicos del Mediterráneo.
Una gran flota de naves ligeras, de proa estilizada, eran temibles en el mar y estaban preparados para abrir factorías en todo el mediterráneo que. con el tiempo, se convertirían en ciudades. Compraban metales de toda clase, nobles y útiles, y vendían madera de cedros a los egipcios y artículos manufacturados a los habitantes de las islas griegas hasta las costas del sur de Italia y España. No tenemos demasiadas noticias de los productos aromáticos que usaron, pero si que tenemos, y muchas, de la enorme cantidad de frascos para perfumes que manufacturaron.
A Jericó llegaban las caravanas de mercaderes, con sus dromedarios y carretas procedentes del lejano oriente, es decir, de China y de la India y paises limítrofes, cargados con toda clase de especias, perfumes, fragancias y marfiles, que intercambiaban por tejidos y prendas de vestir al igual que otros productos fabricados en vidrio u otras baratijas hechas artesanalmente, abastecían y formaban el mercado de la época y al mismo tiempo las caravanas de cananeos o de hombres del mar se dirigían a por ellos para exportarlos por todo el Mediterráneo
Los aromas amaderados de Jericó son fragancias calientes como el patchouli, el aroma del cedro, el incienso, o el vetiver.
Muchos historiadores especulan que en aquella era, la asociación de la fragancia con los Dioses del este era un símbolo de opulencia.
n El almendro procedente de las regiones montañosas de Asia central donde es cultivado desde más de 7000 años y ya se conocía en Jericó ya que en España probablemente fue introducido por los fenicios. El aceite de Almendra es muy rico en Vitamina E, A, B y D, proteínas, glucósidos y ácido linoleico. Es muy versátil y muy usado en los masajes siendo muy bien tolerado por las pieles sensibles.
n Cedro es una palabra semítica que significa el poder de la fuerza espiritual y representa un símbolo de la constancia en la fe. Una de las primeras sustancias aromáticas empleadas para incensar templos, lo que puede haber contribuido a su imagen mística. Los antiguos egipcios consideraban este aceite como maravilla y lo usaban en sus medicinas, en sus cosméticos, en los procesos de embalsamamiento y para incensar sus templos. Este aceite constituyó también un remedio oriental en el tratamiento de la gonorrea cuando faltaba el de sándalo. Este era uno de los productos comercializados en Jericó.
n La isla de Ibiza consagrada al dios Bes , era un depósito de fragancias y mercaderías traídas de oriente, especialmente desde fenicia y de Jericó para comercializarlas con los demás pueblos y enclaves de la costa mediterránea, ya fueran indígenas, egipcios, tartessos o demás poblaciones cananeas en el todo el litoral Mediterráneo.
n Los fenicios alrededor del siglo VI a.C. utilizaban jabón en la limpieza de las fibras textiles de lanas y algodón, como también en la preparación para tejer los paños. Es posible que este jabón traído de oriente, fuese de Alepo y también se comercializase en Jericó.
n La Biblia nos habla que a Belén, en el nacimiento de Jesucristo vinieron unos hombres de oriente y le trajeron, oro, mirra e incienso. De aquí que podamos confirmar que en la ciudad Jericó en los tiempos de los cananeos o fenicios ya conocían el incienso, puesto que era un producto distribuido por toda la zona.
n También encontramos numerosas alusiones al uso de aromas sagrados: Judith se presentó a Holofernes perfumada con esencia de sándalo, lo mismo que Rut cuando fue a ver a Booz. En el éxodo leemos que Moisés aprendió de Jehová la preparación de la unción sagrada con el más puro de los aceites. Por Herodoto y por Hipócrates sabemos que los griegos conocían la industria de los perfumes.
n Empenachado de nubes olorosas, el monstruoso Bel o Baal, divinidad principal de los babilonios, caldeos, fenicios y otros pueblos orientales, presidía las ceremonias religiosas y las danzas rituales. Y como sabemos en Jericó también tenían como divinidad a Baal El uso de los perfumes sagrados estaba prohibido a los profanos, pero el pueblo disponía de otras esencias como el estoraque y el cinamomo.
n Los ceramistas atenienses del siglo de Pericles (V a.C.) modelaban vasijas para aceites aromáticos. Se creía asimismo que la presencia de los dioses se anunciaba por un olor de ambrosía. En Eurípides, Hipólito invoca así a su protectora: “Oh! Divino soplo perfumado... La diosa Artemisa se aproxima. En aquella época Jericó estaba tomada por los griegos o vivían conjuntamente.
Durante la antigüedad los mercaderes de seda chinos viajaban hacia el este y oeste empacando sus telas de seda con hojas de pachuli secas para prevenir el ataque de las Polillas que depositaban sus huevecillos en los tejidos y los intercambiaban con los mercaderes del desierto, de raza semito-cananea, para que éstos pudieran hacer en las ciudades sus propios mercados de perfumes o fragancias. Las plazas fuertes donde los cananeos traficaban con los perfumes o fragancias eran Jericó, Alepo y Petra, donde existían verdaderos mercados ambulantes, donde las gentes intercambiaban sus productos.
Cuando hablamos de un incienso, lo primero que se nos viene a la mente es su agradable aroma inundando nuestros hogares o lugares de trabajo. Pero más allá de su uso como aromatizante, posee cualidades terapéuticas que difunden energías positivas en los ambientes donde se los utiliza.
Sus orígenes se remontan al siglo VI d.C., cuando los egipcios quemaban cortezas de árboles aromáticos con propósitos curativos durante la celebración de rituales esotéricos.
Luego, los fenicios, que eran conocidos por su habilidad de comerciantes, llevaron dichas cortezas en sus viajes de negocios hasta los países asiáticos, donde acogieron la práctica y la masificaron.
También quemaban hierbas aromáticas y maderas olorosas en las calles para prevenirse de las enfermedades que el aire transportaba.
Los almacenaban en Arybalos que es un frasco de cuerpo globular y de cuello estrecho, la mayoría de ellos están fabricados con cerámica de pasta vítrea de Fayenza que es una clase especial de cerámica fina egipcia.
Thymiaterion es el nombre que recibe un tipo de quemaperfumes utilizado en la antigüedad.
La técnica de extracción de tinturas, perfumes y medicamentos contenidos en las plantas comenzó por el sistema primitivo de prensarlas, que más tarde se perfeccionó gracias a nuevos procedimientos como la decocción, la digestión, la maceración y la destilación. Esos métodos se fundaban únicamente en las propiedades disolventes del vapor de agua. Pronto se descubrió que la acción del agua no era suficiente para aislar ciertos perfumes menos volátiles, que en cambio eran absorbidos perfectamente por los cuerpos grasos.
La mayor producción de estos perfumes, por los hallazgos encontrados, por los hallazgos encontrados, parece ser que iban dedicados a las mujeres, por la cantidad de pebeteros o quemaperfumes, en forma de cabeza de mujer, que se han encontrado en las diferentes necrópolis.
En varias ciudades como Rodas y Corinto y es posible que también en Jericó, existieron templos fenicios dedicados a Astarté en los que se realizaban las primeras transacciones económicas entre griegos y fenicios bajo la protección de la divinidad.
Los perfumes forman parte de objetos rituales. y no como meros elementos de lujo. Y van acompañados también de una serie de creencias funerarias y religiosas.
No tenemos demasiadas noticias de los productos aromáticos que usaron, pero si que tenemos, y muchas, de la enorme cantidad de frascos para perfumes que manufacturaron. En todos los periplos que hicieron en todas las factorías donde se establecieron y sobretodo en todas las ciudades que fundaron, en particular Cartago, pero también, Chipre, Creta, Málaga, Cádiz y e Ibiza y tantas otras, encontramos los restos de su paso o de su estancia. En relación con la perfumería, podríamos decir que, aparte de los frascos de vidrio o de pasta vítrea, que cambiaron o vendieron, y que encontramos en todos los museos arqueológicos del mediterráneo, fueron los suministradores de esencias para los habitantes de sus colonias. Se puede decir que los fenicios se convirtieron en los primeros distribuidores de perfumes de la cuenca mediterránea.
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