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domingo, 18 de diciembre de 2011

CERAMICA FENICIA


Cerámica Fenicia

 Según las investigaciones y hallazgos vemos que en cuanto a la alfarería existen tres tipos de cerámicas fenicias: policromas, grises y barnices rojos, estos últimos también conocidos como barnices rojos fenicios y barnices rojos ibéricos:
·         Cerámicas policromas: presentan decoración con bandas anchas y estrechas y colores rojos, negros y ocres. En época púnica la decoración quedará reducida a bandas estrechas
·         Barnices rojos: presentan superficies cubiertas con un barniz o engobe rojo
Dentro de los modelos hay diversas tipologías:
·         Jarros de boca de seta: presentan un cuerpo globular con el borde exvasado al exterior, a veces acanalado, con una sola asa, simple o doble, de sección circular. Solo se conocen ejemplares de engobe rojo. Su cronología abarca desde al siglo VIII hasta principios del VI a.C. Son la "tarjeta de visita" de los fenicios y para Negueruela su finalidad sería contener bálsamos o perfumes. La mayoría proceden de necrópolis.
·         Jarros piriformes: presentan un cuerpo de tendencia troncocónica que se une al cuello mediante una moldura o leve carena; el cuello termina en una boca trilobulada, presentando un asa que arranca desde la boca al cuerpo del vaso y que puede ser simple o doble (geminada). Su cronología va desde el siglo VIII hasta el siglo V a.C.; en un primer momento (siglos VIII-VII) los jarros se decoran con engobe rojo, en el siglo VI desaparece el engobe rojo y aparecen pintados (polícromos), continuando en el siglo V sin decoración alguna. Este tipo de jarros no solo se fabricará en cerámica, sino también en metal y en pasta vítrea. Suelen aparecer en ambientes funerarios y su contenido es desconocido, tal vez líquidos como agua o vino. Existen numerosas variedades.
·         Ungüentarios: contenían bálsamos, aceites o perfumes. A veces se denominan ampollas. Los típicamente fenicios son del siglo VIII al VI, normalmente sin engobe y se asemejan a los jarros de boca de seta; los más antiguos con el cuerpo hemiesférico o alargado con el diámetro máximo en la zona central, base anular plana y estrangulamiento en el cuello. Desde el siglo VI el cuerpo es de clara tendencia ojival, con boca de borde muy saliente y fondo redondeado. Desde el siglo IV cambia la forma y nos encontramos con los ungüentarios fusiformes, de base y boca estrecha y cuerpo ancho (en forma de huso), todos de pequeño tamaño, y desde el siglo II a.C. ungüentarios helenísticos muy estilizados.
·         Lucernas: consisten en un plato al que se dobla su borde a fin de conseguir una o dos mechas en forma de pico. Las más antiguas tienen un solo mechero y están cubiertas de barniz rojo y desde el siglo V a.C. sufren modificaciones desapareciendo el engobe y reduciéndose el tamaño del recipiente. Se encuentran en ambientes domésticos y funerarios. Desde el siglo IV las más características son las griegas de barniz negro.
·         Trípodes: presentan un fondo curvo, tres pies cortos de sección cuadrangular y borde de sección triangular que se separa del cuerpo por una acanaladura. Su cronología va desde el siglo VIII al V a.C., pudiendo presentar engobe rojo o superficies sin tratar.
·         Thymiaterion: o quemaperfumes; están compuestos por dos platos o cuencos superpuestos unidos por un tronco cilíndrico hueco y a veces presentan tapadera. Existen tanto en cerámica como en metal, algunos de estos últimos muy estilizados como el de la necrópolis de La Joya, que presenta un gran pie con trípode y está decorado con capillos y flores de loto. El cuenco de la base es de igual tamaño que el superior hasta que, desde el siglo V a.C., este disminuye sus dimensiones llegando a ser sensiblemente más pequeño que el superior. Suelen hallarse en las necrópolis.
·         Ánforas: son de tamaño considerable y servían para el transporte de mercancías (vino, aceite, cereales, almendras, etc.) y también como urnas funerarias. Existen gran variedad de tipos, entre los que destacan las llamadas ánforas de saco fechadas entre los siglos VIII y VI a.C. y que presentan cuerpos piriformes o de tendencia globular con una carena muy alta y marcada, cerca de la cual nacen las asas, circulares y a veces geminadas (con acanaladura en el centro del asa); sus bordes tienen sección triangular y los fondos son curvos o cóncavos. Las ánforas más modernas presentan un estrechamiento del cuerpo bajo la carena, mientras que los ejemplars más antiguos presentan un borde recto. A veces puden presentar una tapa, existiendo modelos con engobe rojo, polícromas o sin decorar. Necesitaban de un soporte o peana para mantenerse en pie. Su tipología se ha sistematizado por varios autores como Negueruela, Mañá, Cintas, etc.
·         Pithoi: grandes recipientes para almacenar (no transportar) y que pueden presentar hasta cuatro asas, lisas o geminadas, y pueden presentar decoración a bandas. Presentan una base plana, cuerpo ovoide o esférico, cuello en forma de cono y bordes engrosados al exterior. Su cronología va desde el siglo VIII hasta el siglo III a.C.
·         Vasos "Cruz del Negro": con cuerpo globular o esférico, cuello cilíndrico o troncocónico que en su parte central presenta un baquetón o arista, dos asas que ocupan la unión entre el cuello y el cuerpo y bordes aplanados; presentan un pequeño pie anular. Se documentan desde el siglo VIII a.C. y desde el VI sufren algunas modificaciones, desapareciendo el cuerpo esférico y tomando forma bicónica y desapareciendo el píe de la base. La decoración es de líneas, círculos y bandas. Reciben su nombre de una necrópolis indígena de la zona de Los Alcores en Carmona (Sevilla) donde fueron encontrados, pero están difundidos tanto por hábitats fenicios como indígenas.
·         Platos: presentan gran diversidad de formas, tanto con engobe rojo como pintadas o grises monócromas; entre los siglos VIII y VI a.C. predominan los platos con engobe rojo, aunque conviven con los pintados y los grises, y desde entonces tenderán a incrementar el tamaño del pocillo central (quizás servía para recoger el líquido), hasta llegar a convertirse en los llamados "platos de pescado" que perdurarán hasta el siglo II a.C. Los cuerpos presentan tendencia esférica y son más o menos anchos y profundos y tienen bordes exvasados, rectos, curvos o engrosados, y fondos que pueden ser planos o curvos, con o sin pie. Schubart se fijó en la evolución de estos tomando como referencia Toscanos e hizo una sistematización de los mismos: los ejemplares con borde entre 3 y 3,5 cm. eran más antiguos, llegando los más recientes hasta los 5,5 cm., es decir, al pasar el tiempo el tamaño de la boca va aumentando y en época púnica quedan transformados en un gran borde con un pozo central.
·         Cuencos: también llamados escudillas, muestran una enorme variedad, tanto con engobe rojo, pintados, grises o sin tratamiento. Presentan cuerpos carenados o de tendencia semiesférica, sin asas, con diversas formas de bordes y tamaños más o menos grandes. En un primer momento predominan los cuencos con engobe rojo y los grises, desapareciendo los engobes en el siglo VI a.C. Los pintados evolucionan desde motivos polícromos de líneas y bandas anchas, hasta fnas líneas monócromas.
Existen otras formas como los vasos globulares, como el de la necrópolis de Montañez relacionada con el cortijo de Toscanos y que aparece en el catálogo del Museo Loringiano.

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