HINTERLAND TARTESICO EN LA MANCHA
LA BIENVENIDA
Los datos
que conducen a incluir La Bienvenida dentro del hinterland tartésico, no resultan sorprendentes si se tiene en cuenta la riqueza
metalífera de la zona donde se encuentra el yacimiento y la importancia que el
comercio de ciertos metales, entre ellos el plomo y la plata, cobró en las
estructuras del complejo tartésico. Ahora bien, si no es sorprendente la
identificación de estos rasgos de filiación cultural y cronológica tan
concretos, sí es importantísimo disponer de datos estratificados en un área geográfica
con gran vacío de conocimientos para esteperíodo, si se exceptúa el hallazgo
puntual y descontextualizado de algunos ejemplares de las llamadas
"estelas de guerrero del Bronce Final" (en Alamillo, Chillón, Aldea
del Rey).
La
Bienvenida, por tanto, constituye un hito muy significativo a la hora valorar
la extensión del fenómeno tartésico y las claves de la dinámica histórica de la
zona en que se encuentra ubicado nuestro yacimiento. Aquella nebulosa, y casi
mítica Tartessos, que nos describen las fuentes antiguas, poco a poco ha pasado
de ser "leyenda y mito de la España antigua", para convertirse,
gracias a la Arqueología, en un complejo cultural del máximo interés, tangible
en su conocimiento a través de la correcta interpretación de sus manifestaciones
materiales, económicas y también sociales.
Las
relaciones culturales con la mitad oriental de Badajoz y la Baja Andalucíase
prolongaron hasta bien entrado el siglo VI a.C. La comunicación de La
Bienvenida con aquellos ambientes se efectuó, sin duda, a través de la llamada
en época romana "vía de la Plata"- camino S-N que unía los
territorios antes citados con el NW peninsular.
La Bienvenida en la antigüedad
estuvo ligada indudablemente con la explotación de las minas de cinabrio y
plata.
El yacimiento ha podido ser
identificado con un importante centro minero citado por las fuentes clásicas
con el nombre de Sisapo. Se encuadra dentro de la zona denominada como la
Oretania prerromana.
Esta ciudad tuvo una extensión
aproximada de 10 Ha. y estaba rodeada por una muralla de más de 3 metros de
ancho con unas 28 torres. En el interior del recinto se han encontrado restos
de viviendas de varios momentos culturales desde el siglo VII a.C. hasta el
siglo IV d.C. Hay una fase antigua correspondiente a los siglos VIII y VI a.C.
donde los materiales son cerámicas hechas a mano entre las que destacan una
cazuela con decoración bruñida interna y cerámicas con decoración pintada en
rojo pertenecientes a cultura tartésica.
Desde mediados del siglo VI a.
C. aparecen cerámicas típicamente ibéricas hechas a torno pintadas en tonos
rojos y anaranjados.
Se encuentran también fragmentos de cerámica ática de figuras
rojas. Existe cerámica de fabricación
local típica de la cultura Tartésica y posible influencia fenicia, con
presencia de cerámica griega importada. Aparece
cerámica pintada ibérica del tipo Valdepeñas, por la clase y técnica del decorado
En tiempos de los famosos reyes de Tartessos, había
gentes que llegaron a Sisapo buscando las minas de plata y cinabrio. Aquí se fueron sucediendo las culturas tartésica, íbera
y romana denominada en este caso como ‘SISAPONE’. Se localiza en uno de los
tres domos volcánicos que conforman el paisaje de Los Castillejos.
Descubierto a mediados del siglo XX, los trabajos de
excavación sistemática se vienen realizando desde 1980, sacando a la luz los
restos de un núcleo antiguo que funciona casi ininterrumpidamente entre fines
del siglo VIII o inicios del VII antes
de Cristo y el siglo V después de Cristo.
Tradicionalmente,
esta ciudad se había identificado equivocadamente con la cercana Almadén
(Ciudad Real), población conocida por su producción de cinabrio, al que los
romanos llamaban minio y que identificaban con Sisapo en las fuentes
literarias.
La
mención de dos Sisapos que hace Estrabon, el antiguo y el nuevo, o en latín,
Sisapo Vetus y Sisapo Nova, plantea la existencia de dos poblaciones con el
mismo nombre. A.M.
Cantó propone el yacimiento romano de
Cerro de las Monas (emplazado al sur del término municipal de Almadén, a
escasos kilómetros del ya mencionado yacimiento de cinabrio) como posible
ubicación de Sisapo Nova, de forma que el yacimiento de La Bienvenida, por su
mayor antigüedad, se correspondería con Sisapo Vetus.
A esto
se añade la propuesta de identificación de Sisapo por P.Sillières en Cerro de
las Monas, anterior a los descubrimientos epigráficos de 1982 en la Bienvenida
que la identificaban como Sisapo, siendo a falta de nuevas referencias una de
las hipótesis más plausibles.
Es importante también la producción y
explotación del azafrán, con el que comerciaban a través de las vías de comunicación que poseían, con
los fenicios, griegos y cartagineses.
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