Se trata
de un cerro elevado, situado en el margen derecho del río Vélez al noroeste de
Toscanos. En época fenicia quedaba en el fondo occidental de la antigua bahía
en la que desembocaba el río.
El
yacimiento fenicio arcaico se fecha entre la primera mitad del s. VII a.n.e. y
comienzos del VI. Además de algunas construcciones es significativa la muralla
que recorre todo el cerro. En un primer momento se realiza mediante mampostería
y adobe, mientras que la cerca posterior se construye con pizarra.
Los hallazgos del Cerro de Alarcón concuerdan, en gran
parte, con los de l s yacimientos cercanos a la costa, situados en las
desembocaduras de los ríos. El número de los hallazgos es, en comparación con
Toscanos y, particularmente, con Morro de Mezquitilla, bastante
reducido, sobre todo porque el periodo de ocupación tan solo abarca aproximadamente un siglo, desde el
siglo VII hasta entrado el siglo VI.
Entre las formas cerámicas, la mas frecuente es el ánfora de
tipo 1, con casi la misma frecuencia aparecen cuencos, las ollas representan
tan solo un tercio de estos y, aún mas raros, son los platos;
siguen los pithoi, las ánforas de cuello, jarritas, botellas y jarras, en
cantidades parecidas. Las ánforas de los tipos 2 y 3 son muy
raras y, por ultimo, el contingente de trípodes y lucernas
resulta mínimo.
Hallazgos
CERÁMICA
En la técnica de la cerámica gris se fabricaban, salvo
contadas excepciones, cuencos y fuentes y podemos suponer que se utilizaban
como vajilla de mesa. En el Cerro de Alarcón, probablemente sustituía, en
parte, a la cerámica roja.
cupos platos y cuencos representaban, por 10 demás. la
vajilla de mesa de mejor calidad. Pues, en este yacimiento, la cerámica gris
supera a la roja en un tercio, partiendo del número de fragmentos de bordes de
platos y cuencos. La estadística de hallazgos. que se basa en la cantidad total
de fragmentos, da una imagen completamente falsa en cuanto al porcentaje de
cerámica gris, que solo alcanza el 3,8 %. Esto se debe en parte, a
las formas de los vasos, pues la cantidad de fragmentos de grandes vasos
cerrados, por ejemplo, influye claramente en la estadística.
Otra causa es que la cerámica gris. normalmente. se rompe
en grandes fragmentos, sobre todo en comparación con la cerámica roja. Por lo tanto, partiendo del número de
bordes, la cerámica de paredes tosca es la más frecuente (35 %), seguida por la cerámica gris (25%).
la roja abarca en toda la variedad de formas el 21 % y, por último,
la policroma el 19 %. El
repertorio de formas de la cerámica gris se limita. fundamentalmente, a dos
grupos principales. a saber, cuencos con y
sin carena. Dentro de estos dos grupos hay una serie de variantes y entre
éstas, hay, a su vez, formas que adoptan elementos del otro grupo, haciendo
aparecer. de esta manera, ejemplares de transición.
Pithos
Denominamos pithos a una vasija para provisiones con dos o
cuatro asas dobles de sección circular, que arrancan del borde y llegan
justo hasta donde comienza la panza.
Ánforas
Las características principales de las ánforas de cuello son
las siguientes: un cuello más largo, subdividido por una arista o un escalón,
asas dobles de sección circular que van desde el centro del cuello hasta el
hombro, además, un borde de la boca que se extiende hacia el exterior y un hombro
fuertemente convexo.
El tipo 2 de ánforas aparece, tanto la cerámica roja ,
como en cerámica policroma ." Sus características son un cuerpo oval o en
forma de saco: un hombro carenado, ligeramente ascendente, y una boca sencilla
de forma cilíndrica. Aparecen también otras clases de ánforas con sus correspondientes tapaderas
fabricadas con distintos tipos de cerámica.
Cuencos y
vasos
La cantidad relativamente pequeña de cuencos de cerámica
roja se debe, probablemente, a un aumento de los mismos entre la cerámica gris.
En efecto, pues dominan también los cuencos con carena, tan característicos de
la cerámica roja y que no se fabricaban en cerámica gris; estos cuencos
presentan, encima de la carena. paredes prácticamente verticales con un borde
simple también existe la forma con pared ligeramente curvada hacia fuera y un
borde engrosado hacia el exterior.
Aparecen también varios cuencos
son carena o borde diferenciado, cuencos sin carena, cuencos con borde entrante
y cuencos con borde curvado hacia el exterior, en posición horizontal.
Aparecen también diferentes
clases de vasos de diferentes tamaños, botellas y varias formas con diferentes
calidades de pasta.
Platos y Jarras
Las platos de Alarcón concuerdan. en lo que se refiere a
su forma general, con aquellos de Toscanos. Tienden, sin embargo, a tener el
borde mas ancho y los diámetros mayores.
Jarras de
boca trilobulada
Un ejemplar prácticamente completo, con superficie sin
tratamiento y: probablemente, dos fragmentos con engobe rojo
representan las jarras de boca trilobulada procedentes de Alarcón. Los dos
fragmentos proceden de la parte del vaso, donde el cuello y la panza quedan
separados por un nervio.
No lleva el engobe rojo corriente. sino que presenta el
color de la pasta. sin que la superficie haya sido alisada o refinada de alguna
manera. Sus formas achatadas, es decir, el corto cuello, la generosa panza,
diferenciada claramente del cuello y las bastas asas dobles de sección circular
que se abren ampliamente, no permiten asignarla con facilidad a la serie
evolutiva de este tipo de jarra.
Jarras de boca de seta
Cinco fragmentos de cerámica roja podrían proceder de
jarras de boca de seta, pero poco se puede decir de ellas debido a la gran
fragmentación con que se han encontrado. Hay otros fragmentos de jarros de
diferentes formas y de difstintas clases de cerámica, así nos aparecen Jarras
de cuello cónico.
Fragmentos
de huevo de avestruz
Se encontraron tres fragmentos de huevo de avestruz, los
cuales dos son simples cáscaras de huevo quizá restos de la fabricación de
recipientes; con, restos de pintura ocre en la cara interior, la cual se
utilizaba para preparar cosméticos, quizá también como medicina o como elemento
del culto funerario"
También se encontró
cerámica griega de carácter variado tanto en las formas como en las pastas.