HINTERLAND GUADALQUIVIR- HUELVA
En el
territorio hay que diferenciar un núcleo central y un hinterland. El central
tiene dos focos: el foco onubense y el foco del bajo Guadalquivir. El hinterland o “provincias tartésicas” contaría con
Extremadura (provincia de Badajoz) y un foco portugués. Hacia el Mediterráneo los últimos hallazgos en Guardamar
del Segura dan una cierta veracidad a las fuentes históricas que se refieren al
territorio tartésico tan amplio como el comprendido entre el Tajo y el
Mediterráneo y hasta el río Jucar. Se han encontrado grafitos en cerámica lo cual nos habla no sólo de extensión
sino también de uso. El foco onubense es más abierto, más receptivo. El otro
foco (Bajo Guadalquivir) es más interno y tradicional. El foco onubense se
caracteriza porque sus poblados giran entorno a la explotación minero
metalúrgica. El foco del Bajo Guadalquivir gira entorno a una economía
agropecuaria y en relación a las vías naturales de comunicación con la meseta y
Extremadura. En el foco onubense las vías se dirigen hacia la costa, hacia el
puerto de Huelva, puerto comercial indígena y diferenciado del de Cádiz que es
colonial fenicio, a pesar de ello debemos contar con
el hecho de que existe una clara organización social, distribución del
poblamiento y del territorio, explotación de la metalurgia y la organización
que ello supone. La economía gira hacia la explotación minero-metalúrgica y
hacia la economía de tipo agropecuario.
HINTERLAND
HUELVA
La urbanización y arquitectura
de los s.VIII-VIII a.C. de Huelva es típicamente fenicia y diferente de aquélla
de los Cabezos, no se trata de una expansión urbana por el sureste de la ciudad
del núcleo tartésico de los cabezos del s.VIII a.C. hacia el Odiel, sino,
"de una nueva ciudad, construida ex novo por colonos fenicios,
paralela y gemela a los poblados indígenas emplazados en la altura". Los
poblados altos obedecen a una necesidad de defensa natural. El emplazamiento
fenicio se debería a los marinos metalúrgicos y comerciantes que necesitaban un
puerto en el estuario, y un hinterland rico en plata.
La plata era el mineral más
buscado por estos comerciantes. Los indígenas colaborarían con ellos,
proporcionándoselo del foco minero de Riotinto y de la sierra del Andévalo, que
los mismos indígenas transportarían hasta Huelva. Desde el 700 a.C. la colonia
fenicia fabricaba en Huelva casi la mitad de las cerámicas con las técnicas
nuevas (40,6%). A mediados del s.VII a.C. la cerámica fenicia (53,45%) superaba
ya a la indígena (46,55%). A finales del s.VII a.C. la cerámica fenicia
representa el 72,8% y en el tercer cuarto del s.VII acapara el 74,5%. Un 10% de
esta cerámica fenicia son ánforas de transporte.
El
distrito minero de Huelva, con la localidad de Tharsis (Gadir, según Avieno en
su Ora Maritima) a su cabeza, alcanzó una gran importancia
como centro comercial de distribución de metales por las costas y el interior
andaluz.
La expansión minera de los fenicios alcanzó
también las minas de plomo de Almería y la provincia
de Jaén, en cuyas minas extraían la plata contenida en el plomo.
Las
principales explotaciones mineras fueron las de Riotinto (Huelva), de las que
extraían cobre, plata y oro de los yacimientos
piríticos.
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