sábado, 28 de enero de 2012

LA TIERRA DE CANAAN

Canaán es la denominación antigua de una región del Próximo Oriente, situada entre el mar Mediterráneo y el río Jordán y que abarcaba parte de la franja sirio-fenicia conocida también como el Creciente fértil. En la actualidad se corresponde con el Estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania, junto con la zona occidental de Jordania y algunos puntos de Siria y Líbano. Sus límites comprenderían desde la antigua Gaza al Sur, hasta la desembocadura del río Orontes al Norte, englobando todas las tierras no desérticas del interior, hasta una profundidad de unos 150 km desde la costa del mar Mediterráneo, hasta algunos kilómetros más allá de la ribera oriental del río Jordán.
Canaán es una zona con una larga historia, que remonta su ocupación a las fases neolíticas más tempranas, con importantes asentamientos a lo largo del tiempo, como Jericó, Ugarit, Jerusalén, Tiro, Sidón, Biblos, Damasco o Gaza. Fue habitado por pueblos muy diversos, como amorreos, jebuseos, hicsos, filisteos, fenicios, arameos, hebreos que por último, conquistaron a varios de estos pueblos para tomar posesión de esta tierra.
Canaán era "la tierra de la púrpura", denominada así por la industria derivada del murex y su aplicación a la tintura de la tela. Su territorio en la costa oriental mediterránea se extendía desde Tell Sukas hasta Gaza. Una franja estrecha paralela al litoral y compartimentada por una sucesión de accidentes geográficos:
-Las montañas de la cordillera del Líbano, paralela la costa dividen la zona en dos regiones: una litoral y otra interior, que se comunican al sur por región de Damasco y al norte por Alepo.
-El Mediterráneo en el Oeste
-El desierto de Arabia y Siria al Este y Sur.
La anchura de esta franja costera oscila entre los doce y los cincuenta kilómetros. Interrumpida por formaciones rocosas que parten de la cadena montañosa y alcanzan el mar. Se crean así una serie de valles aluviales. Esta configuración geográfica impide la práctica de una agricultura extensiva. Estos accidentes geográficos imposibilitan la ampliación del territorio. La costa tiene un buen número de pequeñas bahías limitadas por promontorios que sus habitantes utilizaban como defensas naturales contra las incursiones enemigas y eran embarcaderos donde anclar sus naves.
Estas características geográficas fueron esenciales para la aparición de una gran zona de bosques que estabilizaron el ciclo climático. Apareció una región con una gran riqueza maderera vecina de Mesopotamia y Egipto donde la presencia de madera es casi inexistente. La madera del Líbano fue una fuente de riqueza.

La agricultura intensiva que dependía de las lluvias. Abundantes en invierno disminuyendo en primavera y desapareciendo desde mayo hasta septiembre. En este periodo sólo era posible la irrigación gracias a las aguas procedentes del deshielo. El suelo cultivable, mayoritariamente aluvial, era muy fértil. Las tierras de cultivo que proporcionaban cereales, trigo y cebada, hortalizas y frutales, la vid, el olivo, las higueras, los sicomoros, las palmeras datileras y las granadas.
En cuestión de minerales, el cobre del valle de La Bekaa. La sal, a pesca y el murex del cual se obtenía la púrpura completaban los elementos de la economía fenicia, junto al comercio, su principal fuente de riqueza y en la que fueron verdaderos maestros.