miércoles, 25 de enero de 2012

DOR

La ciudad de Israel donde mejor se aprecia la cultura fenicia es Dor, según indica el arqueólogo Ephraim Sterm. Esta ciudad cabecera de uno de los 12 distritos de Salomón, mantuvo el carácter fenicio después de ser conquistada por David, durante 800 años, a lo largo de los periodos asirio, babilonio, persa, hasta el reinado de Ptolomeo II Filadelfo que reconstruyó la ciudad al modelo griego.
Situado en la costa israelí, cuenta con una historia de cerca de 4.000 años. Es uno de los ejemplos más representativos de la cultura marinera fenicia.
Dor fue el principal puerto hebreo de salida al comercio marítimo con los estados fenicios vecinos. Las excavaciones realizadas en Dor descubren murallas, edificios públicos y residenciales destacando la construcción tradicional fenicia de la sillería a soga y tizón (distribución alterna de los sillares), la fina artesanía de labrados marfiles y piezas de joyería, junto con la típica cerámica bícroma de fondo claro, decorada en negro y rojo, además se hace presente la huella de la industria del tinte púrpura con abundantes restos de conchas de moluscos Murex (cañaílla) de donde era extraída.
Otro testimonio de la relación comercial y marítima de Israel con el mundo fenicio es el sello publicado por Nahman Avigad, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en el que aparece una nave similar a los barcos fenicios con la inscripción hebrea “hijo de Oniyahu Merav”, cuya traducción alude a la nave de Yahweh y podría indicar la fe en Dios de su propietario con el significado de “Yahweh es mi barco”. Está fechado por la epigrafía entre el siglo VIII y VII aC.
Durante el periodo persa, la ciudad de Arsuf en la costa de Israel fue fundada por los fenicios en el siglo VI aC y dependía de los gobernantes de Sidón. Estaba situada en un acantilado a 15 kilómetros al norte de Tel Aviv. Su nombre hace referencia al dios cananeo de la fertilidad, Reshef y posteriormente los griegos le cambiaron el nombre con el que se le conoció de Apolonia. Los restos arqueológicos muestran la producción de púrpura, típica del mundo fenicio. El puerto se menciona por primera vez en una inscripción egipcia durante el mandato del faraón Ramsés II (siglo XIII a.C.). La arqueología ha demostrado que el puerto estuvo ocupado por los cananeos ya desde el siglo XX a.C. A lo largo de su historia, ha sido ocupada por casi todos los imperios y pueblos posibles: los Pueblos del Mar en la Edad de Bronce, los israelitas en la de Hierro; persas, griegos y romanos en época antigua; bizantinos, árabes, cruzados, mamelucos y otomanos en etapa medieval. Tras ocho siglos de dominación fenicia, hacia el siglo XII.a. C. fue conquistada por los Pueblos del Mar quienes, sin embargo, volvieron a perderla tras la reconquista fenicia, como han demostrado las últimas excavaciones. A pesar de las múltiples culturas que pasaron por ella, la ciudad siempre tuvo un marcado carácter fenicio y sólo bajo mandato de Ptolomeo II (283-246 a.C.), éste fue sustituido y reconstruido bajo directrices griegas. El esplendor del puerto se fue eclipsando, fundamentalmente, cuando en etapa bizantina se construyó Sebastos, el puerto de Cesarea. En el gran montículo de Tell Dor, con 14 metros de altura, se han encontrado gran cantidad de restos arqueológicos de los diferentes periodos de ocupación. Han aparecido restos de muralla de dientes de sierra y una puerta con cuatro salas de guardia, seguramente construida bajo mandato de Acab durante la Monarquía Davídida. Se han hallado bajo el mar grandes cantidades de material fenicio (lámparas, diosas, joyas) y de otras épocas (anclas romanas de piedra y metal; cañones, bayonetas y fusiles del ejército napoleónico). Un hallazgo reciente en Dor ha sido un taller que producía la tinta púrpura de los fenicios; ésta se extraía del caracol "Murex Trunculus". Por otro lado, existen pruebas de que, en el siglo XIX a.C., se construyeron grandes estructuras de piedra en las formaciones rocosas naturales submarinas para proteger el puerto.
Las excavaciones llevadas a cabo durante los últimos años en este yacimiento por parte de E. Stem, han proporcionado una considerable cantidad de importaciones chipriotas que confirman la secuencia relativa de las mismas en las estratigrafías palestinas. Así, fragmentos de al menos ocho vasijas chipriotas han sido halladas en el estrato IX de este interesante yacimiento, aunque no se ha confirmado aún su asociación con cerámica bícroma filistea del siglo XI A,C., fecha propuesta para este nivel.
Por otra parte, cerámicas fenicias bícromas e importaciones chipriotas de la clase White Painted se han documentado en el estrato VIII de Tel Dor, asociadas a gran cantidad de fragmentos de la clase Blackon-Red, fechándose todo el conjunto entre 1000 y 925 A.C., ya que se asocia el final de este nivel con la campaña de Sheshonq.
Desgraciadamente, no se han publicado aún las importaciones protogeométricas griegas, del máximo interés a la hora de confirmar
o abandonar las cronologías cruzadas que se vienen aceptando hasta el momento.
Un texto que se sitúa en el año 5, probablemente el quinto año de «renacimiento» del faraón Ramsés XI, el décimo y último rey de la dinastía XX - período que corresponde al año 19 de su reinado. Egberts (1991) sugirió la hipótesis de que se trataba del quinto año de reinado de Esmendes I, el primer rey de la dinastía XXI. Esta teoría supone que el Sumo sacerdote Herihor sucedió a Pianjy (pero con orden normalmente invertido), y no encontró gran entusiasmo entre los egiptólogos.
La historia comienza con la presentación del personaje principal, Unamón, sacerdote de Amón en Karnak. El Gran sacerdote Herihor le pide viajar a Biblos, ciudad Fenicia, para encontrar madera (probablemente de cedro) para construir un nuevo barco sagrado con el fin de transportar en procesión a Amón. Después de haber visitado a Esmendes I, en Tanis, Unamón se detiene en el puerto de Dor, gobernado por el príncipe Tyeker Beder.
Unamón fue desvalijado durante esta corta pausa. De vuelta en Biblos, Unamón se asombró con la recepción que se le hizo. Después de haber conseguido audiencia con el rey Zakar-Baal, este último se negó a que le entregasen la madera perdida, pidiendo al contrario que el sacerdote pagase para obtener noticias - una práctica contraria a la tradición. Unamón entonces tuvo que pedir a Esmendes más oro, un gesto humillante. Después de alrededor de un año de espera en Biblos, Unamón intenta dejar Egipto, dirigiéndose a Alashiya (Chipre), donde quisieron matarlo, antes de recibir la protección de la reina Hatbi. La historia se detiene aquí, aunque Unamón intentaría la vuelta a Egipto después de sus aventuras, probablemente.