En el s. VII a.C. los fenicios, en el desarrollo de su importante y civilizadora actividad comercial, se establecieron en el Cerro del Prado, situado a unos 2kms. al noroeste de Carteia. Tres siglos después, sus descendientes, los de su principal colonia, la norteafricana Cartago (cartagineses o púnicos), fundaron lo que hoy conocemos como propiamente Carteia. Eligieron para la nueva ciudad un promontorio de mayor extensión y más cercano a la desembocadura del río Guadarranque, con una magnífica situación de control sobre el Estrecho y de abrigo en el interior de la bahía de Algeciras.
Según relata Livio en uno de sus escritos, el antiguo asentamiento púnico pasó a convertirse Colonia Libertinorum Carteia en el año 171 a.C., cuando allí se establecieron más de 4.000 hombres, hijos de soldados romanos y mujeres hispanas. “Según los restos que hemos encontrado, especialmente del templo, hemos podido constatar que Carteia tuvo especial relevancia en época republicana, sin embargo, la ciudad debió adquirir monumentalidad en los primeros años del reinado de Augusto”, añade Lourdes Roldán. Las ruinas encontradas se localizan en un espacio de unas 25 a 27 hectáreas, dentro de las cuales se han hallado restos de un teatro, posiblemente construido durante los siglos I y II d. C., un foro, un templo y unas termas, además de una fortaleza aneja a la ciudad romana construida ya en época medieval.
El templo asentado sobre un altar de época púnica, es de cella única, estaba rodeado de columnas por tres de sus lados y elevado sobre un podium al que se accedía a través de una gran escalinata. Debió presentar un aspecto majestuoso por su gran tamaño y altura y por sus elementos ornamentales, capiteles, cornisas y prótomos de toro que lo completaban.
Situado en la parte más alta del foro, el templo de Carteia, el más antiguo de la península ibérica, es un edificio de planta cuadrangular (18x18 m), del que se conservan únicamente los muros del podium, coronados por una moldura de cyma reversa. En su entorno quedan aún algunos de sus elementos arquitectónicos y decorativos, aunque buena parte de ellos fueron trasladados al museo de Sevilla. Se trata de columnas estriadas, rematadas por capiteles corintizantes y prótomos de todo, así como de cornisas decoradas de forma alternativa con palmetas, rosetas y cabezas de toro, en un material de caliza fosilífera estucada. “Precisamente uno de los descubrimientos que hemos efectuado en esta primera fase del proyecto ha sido el hallazgo de restos púnicos bajo el templo”, afirma Lourdes Roldán. “Hemos podido constatar que antes de asentamiento romano fue ciudad púnica y ello lo demuestran los restos de elementos religiosos y de altares púnicos”. Destacan también en las ruinas de Carteia el teatro y las termas. Las termas es otro de los recintos que merecen especial atención en esta ciudad romana. Según la interpretación del profesor Presedo, uno de los primeros arqueólogos que trabajó en este yacimiento, se trataba de un edificio construido a finales del siglo I d.C., que se mantuvo, con reparaciones y reconstrucciones, hasta el siglo IV. En el siglo V ya no se utilizaba, y posteriormente, durante los siglos VI y VII (momento en que fue abandonada la antigua necrópolis de la ciudad), este lugar fue empleado como lugar de enterramiento. No obstante, se han identificado de forma precisa la presencia de piscinas, una letrina y una palestra, así como de un caldarium, un tepidarium, y una natatio en el eje central.
Situada justo en el centro del polígono industrial de Guadarranque, en San Roque (Cádiz), permanece en pie Carteia, una de las ciudades más antiguas de la Península Ibérica, y sin embargo también una de las más desconocidas. Las excavaciones, iniciadas en el año 1994, por un grupo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, la han convertido en uno de los proyectos arqueológicos más interesantes del país, puesto que se ha descubierto que Carteia fue un asentamiento púnico, posteriormente la primera colonia latina de la península ibérica y por último ciudad medieval. Este proyecto de investigación, cuya primera memoria técnica será publicada en breve, ha contado con el patrocinio de CEPSA, puesto que parte de las ruinas se encuentran dentro de la refinería que esta compañía petrolífera tiene en San Roque.
“En los años 60, fue entonces cuando se iniciaron algunos trabajos de excavación en las ruinas de una antigua factoría fenicia –El Cerro del Prado– inmediata a la ciudad de Carteia. Posteriormente, en los años 70 y 80, excavaría en esta ciudad el profesor Presedo, sin embargo aquellos trabajos se abandonaron hasta el año 1994 en el que vimos las enormes posibilidades de este yacimiento, por lo que decidimos pedir nuevamente su excavación y estudio”, explica Lourdes Roldán, directora del Proyecto Carteia.
Aquellas primeras excavaciones confirmaron que allí se localizaba un asentamiento que abarcaba cronológicamente desde el siglo VIII o VII a.C. a los siglos V o IV a.C; y se demostró la existencia de un poblado con casas de paredes de piedra y barro, dedicado a la agricultura y a la pesca.
Aquellas primeras excavaciones confirmaron que allí se localizaba un asentamiento que abarcaba cronológicamente desde el siglo VIII o VII a.C. a los siglos V o IV a.C; y se demostró la existencia de un poblado con casas de paredes de piedra y barro, dedicado a la agricultura y a la pesca.