martes, 27 de diciembre de 2011

NECROPOLIS DEL JARDIN

La necrópolis «El Jardín» está enclavada en un cerro situado en la margen derecha del río Vélez, aproximadamente a 2 kilómetros del pueblo de Torre del Mar y a unos 500 m. al interior.

Se estudiaron un total de 101 tumbas, de carácter individual, aunque pudo tener 200 enterramientos o más, y constituye uno de los mayores cementerios fenicios occidentales conocidos.
Los materiales obtenidos en la necrópolis «El Jardín», así como su
modalidad de enterramientos, aportan a nuestro entender una interrogante más al esclarecimiento de la historia acaecida en el Sur de España durante la Edad de Hierro, ya que si en los momentos primeros de la arqueología en esta parte de la Península todos los yacimientos con materiales de ascendencia fenicia sufrían el elemento catalizador de Cartago y de una forma u otra terminaban dominándose púnicos, la continua aparición de elementos extraños a esa gran colonia o nueva ciudad han hecho que tengamos paulatinamente que ampliar el término, denominándolos paleopúnicos, primeramente, y fenicios de occidente u orientalizantes después.
Esta necrópolis podría ser un ejemplo junto con otros yacimientos como Trayamar, La Joya, Laurita, etc..., en que, por una parte, el enterramiento en sarcófagos de las características descritas, y por otra, gran número de sus materiales cerámicos, sin paralelos ambos en Cartago, pueden hacernos pensar o bien una existencia paralela cronológicamente a Cartago, pero no dependiente total de ésta, sino del próximo oriente de forma directa, cosa bastante difícil de aceptar, o un arraigo cultural propio de la zona, con una cronología anterior necesariamente a la de Cartago, y cuyos orígenes creo que no podemos fijar de forma más concreta que como del Próximo Oriente, ya que ante la variedad que ofrecen los elementos aparecidos hasta el momento en toda Andalucía, el encuadramiento fenicio parece quedar demasiado reducido.

Nos encontramos ante la necrópolis de un poblado en que la mayoría de los materiales pueden datarse, de acuerdo a sus paralelos tipológicos y decorativos en esa zona, en la Edad Media del Hierro (900-600 a. de J. C., en Fenicia-Palestina, según las cronologías ofrecidas, respectivamente. Teniendo que considerar ésta como la fecha más vieja, perdurando la necrópolis hasta finales del siglo IV a. de J. C., como parece probar algunos fragmentos aparecidos de cerámica precampana.

Tanto su cronología probable como su situación geográfica nos hace pensar que fuese ésta la necrópolis perteneciente al poblado de Toscanos, estudiado por el Instituto Arqueológico Aleman, y que ofrece unacronología, hasta el momento, remontada a los finales del siglo VIII a. de J C.
Se puede pensar en una extendida colonización del Próximo Oriente sobre Andalucía en sus primeros momentos anterior a Cartago y posteriormente con sólo una normal influencia de ésta, ante los materiales que nos han ofrecido los yacimientos ya publicados y los que reservan los aún inéditos, pero que ya hemos podido observar, y aunque comprendemos que esta necrópolis puede ser sólo un pequeño ejemplo, sus materiales están ahí para ofrecernos sus diferencias particulares y sólo la base común a ambos de un mismo origen, lo que unido a la proxímitud y magnitud de tantos yacimiento, no solamente en la costa sino también en el interior (se trabaja actualmente en varios yacimientos en las vegas de los ríos Guadalquivir y Genil).

Los enterramientos.

El ritual necrolático de esta necrópolis ha ofrecido dos tipos de enterramiento perfectamente diferenciados: la inhumación y la cremación.
La inhumación se realizó a su vez de dos formas distintas, de una parte, la llevada a cabo en los sarcófagos ya descritos, cuyo número debió ser superior a los cincuenta de acuerdo a las referencias ofrecidas por el propietario de la finca y sus trabajadores; de otra, enterrando el cadáver directamente, lo que observamos personalmente, rescatando lo que sepuede considerar un esqueleto completo que había sido colocado boca abajo, en una posición forzada y con las manos en la espalda, probablemente atadas.
La cremación está atestiguada por pozos realizados en el suelo, de naturaleza esquistosa, de unas medidas aproximadas de 80 cm. de
profundidad y diámetro, en los que depositaron las cenizas y restos óseos que no llegaron a la total calcinación, así como fragmentos cerámicos.
Igualmente apareció un sarcófago del mismo material y características de trabajo que los otros pero cuyas medidas son las de un cubo de aproximadamente 40 cm. de lado, y su interior no podía haber albergado más que cenizas o a lo máximo un posible feto.
Descripción de los materiales.
 Varias Jarras  — Fabricadas en barro de color rojizo, de mala cocción, cuerpo esferoidal y cuello ancho con borde perpendicular a la base. Tienen una sola asa, que va desde lo alto de la panza al borde de la boca. Se apoyan sobre base plana, sin pie.

Olpe - Trozo de olpe de forma esferoidal de cuello estrangulado muy estrecho. El asa es sustituida por un característico pezón perforado para colgar, de los que creemos tendría tres.Fabricado en barro rojizo muy poroso siendo su cocción defectuosa.
La decoración es lineal, a base de grupos de líneas de color negro y una banda roja. Presenta un dibujo especial, cual es una flecha invertida en negro.

Vasos de alabastro, típicos de la cultura fenicia, también hicieron su aparición en esta necrópolis, como el que vemos en la figura adjunta, que es posible que se utilizasen como urnas cinerarias o como transportadores de cualquier líquido o cereal.

Cuenco de pezón perforado . — Fabricado en barro rojizo de cocción defectuosa. Al igual que en la pieza anterior, el asa es sustituido por un característico pezón perforado para colgar, fabricado en sentido inclinado como para que encaje perfectamente la tapadera, que sería igualmente con pezón, de los que creemos la vasija llevaría tres.
Este trozo de cuenco con pezón está revestido con una leve película de color blanco hueso en la superficie exterior y sobre ésta, decoración lineal formada por líneas estrechas de color negro. Al parecer hubo un intento de patinar el cuenco con engobe de color rojo en la superficie exterior del recipiente.

 Varios Platos fabricados algunos con pasta rojiza y otros con pasta amarillenta.

Varias piezas  de oro aparecieron también  en esta necrópolis malagueña, tales como colgantes y anillos que actualmente se encuentran depositados en el museo de Málaga.

Uno de los más importantes hallazgos fue la aparición, en una de las tumbas, un huevo de avestruz, elemento común en varias necrópolis fenicias extendidas por  todo el Mediterráneo, cuyo fin  primordial era el ritual funerario ya fuese para poner cenizas o para utilizarlos como quemaperfumes, quemando así esencias aromáticas y olorosas.
LÁMINAS DE PLATA

En las tumbas 86 y 100 aparecieron fragmentos de lámina de plata con decoración figurada y ornamental, realizada mediante la técnica del repujado. Los fragmentos de la tumba 86 se encontraron junto al mango de plata rematado por una cabeza estilizada de ave. En cambio, la disposición original de las piezas del ajuar de la tumba 100 se ha alterado, debido a la superposición de las sepulturas pertenecientes al gran hipogeo de cámara 66.
En el momento del descubrimiento, las láminas estaban tan incrustadas, aplastadas y fragmentadas en pequeñas piezas que resulto imposible distinguir nada.

Otros hallazgos


Se encontraron también  varios utensilios y herramientas tales como objetos metálicos: agujas, mangos de cuchara, anzuelos, asas de bronce, charnelas, láminas con rosetas.