Cerámica Fenicia
Según las
investigaciones y hallazgos vemos que en cuanto a la alfarería existen tres
tipos de cerámicas fenicias: policromas, grises y barnices rojos, estos últimos
también conocidos como barnices rojos fenicios y barnices rojos ibéricos:
·
Cerámicas policromas:
presentan decoración con bandas anchas y estrechas y colores rojos, negros y
ocres. En época púnica la decoración quedará reducida a bandas estrechas
·
Barnices rojos:
presentan superficies cubiertas con un barniz o engobe rojo
Dentro de
los modelos hay diversas tipologías:
·
Jarros de boca de seta:
presentan un cuerpo globular con el borde exvasado al exterior, a veces
acanalado, con una sola asa, simple o doble, de sección circular. Solo se
conocen ejemplares de engobe rojo. Su cronología abarca desde al siglo VIII
hasta principios del VI a.C. Son la "tarjeta de visita" de los
fenicios y para Negueruela su finalidad sería contener bálsamos o perfumes. La
mayoría proceden de necrópolis.
·
Jarros piriformes:
presentan un cuerpo de tendencia troncocónica que se une al cuello mediante una
moldura o leve carena; el cuello termina en una boca trilobulada, presentando
un asa que arranca desde la boca al cuerpo del vaso y que puede ser simple o
doble (geminada). Su cronología va desde el siglo VIII hasta el siglo V a.C.;
en un primer momento (siglos VIII-VII) los jarros se decoran con engobe rojo,
en el siglo VI desaparece el engobe rojo y aparecen pintados (polícromos),
continuando en el siglo V sin decoración alguna. Este tipo de jarros no solo se
fabricará en cerámica, sino también en metal y en pasta vítrea. Suelen aparecer
en ambientes funerarios y su contenido es desconocido, tal vez líquidos como
agua o vino. Existen numerosas variedades.
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Ungüentarios:
contenían bálsamos, aceites o perfumes. A veces se denominan ampollas. Los
típicamente fenicios son del siglo VIII al VI, normalmente sin engobe y se
asemejan a los jarros de boca de seta; los más antiguos con el cuerpo
hemiesférico o alargado con el diámetro máximo en la zona central, base anular
plana y estrangulamiento en el cuello. Desde el siglo VI el cuerpo es de clara
tendencia ojival, con boca de borde muy saliente y fondo redondeado. Desde el
siglo IV cambia la forma y nos encontramos con los ungüentarios
fusiformes, de base y boca estrecha y cuerpo ancho (en forma de huso),
todos de pequeño tamaño, y desde el siglo II a.C. ungüentarios
helenísticos muy estilizados.
·
Lucernas: consisten en un plato al
que se dobla su borde a fin de conseguir una o dos mechas en forma de pico. Las
más antiguas tienen un solo mechero y están cubiertas de barniz rojo y desde el
siglo V a.C. sufren modificaciones desapareciendo el engobe y reduciéndose el
tamaño del recipiente. Se encuentran en ambientes domésticos y funerarios.
Desde el siglo IV las más características son las griegas de barniz negro.
·
Trípodes: presentan un fondo curvo,
tres pies cortos de sección cuadrangular y borde de sección triangular que se
separa del cuerpo por una acanaladura. Su cronología va desde el siglo VIII al
V a.C., pudiendo presentar engobe rojo o superficies sin tratar.
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Thymiaterion: o
quemaperfumes; están compuestos por dos platos o cuencos superpuestos unidos
por un tronco cilíndrico hueco y a veces presentan tapadera. Existen tanto en
cerámica como en metal, algunos de estos últimos muy estilizados como el de la necrópolis
de La Joya, que presenta un gran pie con trípode y está decorado con
capillos y flores de loto. El cuenco de la base es de igual tamaño que el
superior hasta que, desde el siglo V a.C., este disminuye sus dimensiones
llegando a ser sensiblemente más pequeño que el superior. Suelen hallarse en
las necrópolis.
·
Ánforas: son de tamaño
considerable y servían para el transporte de mercancías (vino, aceite,
cereales, almendras, etc.) y también como urnas funerarias. Existen gran
variedad de tipos, entre los que destacan las llamadas ánforas de saco
fechadas entre los siglos VIII y VI a.C. y que presentan cuerpos piriformes o
de tendencia globular con una carena muy alta y marcada, cerca de la cual nacen
las asas, circulares y a veces geminadas (con acanaladura en el centro del
asa); sus bordes tienen sección triangular y los fondos son curvos o cóncavos.
Las ánforas más modernas presentan un estrechamiento del cuerpo bajo la carena,
mientras que los ejemplars más antiguos presentan un borde recto. A veces puden
presentar una tapa, existiendo modelos con engobe rojo, polícromas o sin
decorar. Necesitaban de un soporte o peana para mantenerse en pie. Su tipología
se ha sistematizado por varios autores como Negueruela, Mañá, Cintas, etc.
·
Pithoi: grandes recipientes para
almacenar (no transportar) y que pueden presentar hasta cuatro asas, lisas o
geminadas, y pueden presentar decoración a bandas. Presentan una base plana,
cuerpo ovoide o esférico, cuello en forma de cono y bordes engrosados al
exterior. Su cronología va desde el siglo VIII hasta el siglo III a.C.
·
Vasos "Cruz del Negro": con
cuerpo globular o esférico, cuello cilíndrico o troncocónico que en su parte
central presenta un baquetón o arista, dos asas que ocupan la unión entre el
cuello y el cuerpo y bordes aplanados; presentan un pequeño pie anular. Se
documentan desde el siglo VIII a.C. y desde el VI sufren algunas
modificaciones, desapareciendo el cuerpo esférico y tomando forma bicónica y
desapareciendo el píe de la base. La decoración es de líneas, círculos y
bandas. Reciben su nombre de una necrópolis indígena de la zona de Los Alcores
en Carmona (Sevilla) donde fueron encontrados, pero están difundidos tanto por
hábitats fenicios como indígenas.
·
Platos: presentan gran diversidad de
formas, tanto con engobe rojo como pintadas o grises monócromas; entre los
siglos VIII y VI a.C. predominan los platos con engobe rojo, aunque conviven
con los pintados y los grises, y desde entonces tenderán a incrementar el tamaño
del pocillo central (quizás servía para recoger el líquido), hasta llegar a
convertirse en los llamados "platos de pescado" que perdurarán hasta
el siglo II a.C. Los cuerpos presentan tendencia esférica y son más o menos
anchos y profundos y tienen bordes exvasados, rectos, curvos o engrosados, y
fondos que pueden ser planos o curvos, con o sin pie. Schubart se fijó en la
evolución de estos tomando como referencia Toscanos e hizo una sistematización
de los mismos: los ejemplares con borde entre 3 y 3,5 cm. eran más antiguos,
llegando los más recientes hasta los 5,5 cm., es decir, al pasar el tiempo el
tamaño de la boca va aumentando y en época púnica quedan transformados en un
gran borde con un pozo central.
·
Cuencos: también llamados
escudillas, muestran una enorme variedad, tanto con engobe rojo, pintados,
grises o sin tratamiento. Presentan cuerpos carenados o de tendencia
semiesférica, sin asas, con diversas formas de bordes y tamaños más o menos
grandes. En un primer momento predominan los cuencos con engobe rojo y los
grises, desapareciendo los engobes en el siglo VI a.C. Los pintados evolucionan
desde motivos polícromos de líneas y bandas anchas, hasta fnas líneas
monócromas.
Existen
otras formas como los vasos globulares, como el de la necrópolis de Montañez
relacionada con el cortijo de Toscanos y que aparece en el catálogo del Museo
Loringiano.