El cedro es una conífera de mediano porte y su madera es dura y resistente al paso del tiempo y a las inclemencias climatológicas y la mayor parte de bosques de cedros viene concentrada en la antigua Tierra de Canaán que hoy conocemos como Líbano.
De aquellos densos bosques de cedros que cubrían el Líbano antiguamente, solo restan algunos ejemplares. Una de las características que posee esta clase de árboles es que crece entre 1500 y 2000 metros sobre el nivel del mar. En el Departamento Norte del Líbano se encuentra la reserva natural de "Horsh Ehden", de Hadath al- Yubbeh y Tannurin. En el Departamento de Monte Líbano existe una de las reservas más antiguas, "Yay" en el distrito de Biblos. En la región del Shuf la reserva "Baruk", de unos 350 años, la mejor cuidada entre las demás. También están " Ain Zhalta" y "Maáser Chuf'.
La reserva "Besharre" es la más famosa, conocida como "Los Cedros del Señor". Existen allí unos 375 ejemplares de gran antigüedad, cuatro de ellos de 35 metros de altura por 13 metros de diámetro. El cedro es una especie cuyo tronco es recto y sus ramas forman hélices abanicadas, desarrolladas perpendicular- mente al tronco. A la par del cedro, existen miles de árboles de corta edad que fueron plantados desde hace décadas con el propósito de resguardar la continuidad de este patrimonio nacional. Cabe señalar que el cedro es un árbol de lento crecimiento y requiere, por lo menos, cuarenta años para que comience a echar raíces. Aún existe una pequeña reserva de cedros. Este bosque que hoy se observa no es más que el remanente de una invalorable reserva de árboles de cipreses, pinos y robles que cubrían los montes del Líbano.
Los Cedros 'han desarrollado un preponderante rol en la civilización de Medio Oriente. Además de lo comercial y religioso, Los Cedros fueron mencionado en la Biblia y en otros antiguos Libros. Su explotación comenzó hace 3.000 años a.C., cuando los Cananeos exportaban la madera hacia Egipto. En aquel entonces, la madera constituía un tributo fundamental, pues las administraciones Cananeas-Fenicias lo tributaban a los Asirios, Babilonios y Persas. Los fenicios construyeron sus embarcaciones con madera de cedro Salomón solicitó de Hiram, Rey de Tiro, aprovisionarle grandes cantidades de esa madera para la construcción de su templo. El Rey Asirio, Senacherib (715-681 a.C.), relató en sus memorias que había cortado, en los montes del Líbano, los cedros más bonitos del bosque. De la misma manera lo hizo Nabucodonosor (605-562 a.C.), Rey Babilonio. Los antiguos pueblos apreciaban las propiedades de esa madera por su resistencia, fragancia y la gran talla de sus troncos. Utilizaban la madera de cedro para construir buques, techos de templos y palacios y también para embalsamar; la goma del árbol servía como producto aislante.
La madera de cedro es apreciada desde antiguo por su durabilidad, existiendo pruebas en la India y en el Oriente Medio de que resiste inalterable durante varios siglos. En la antigüedad, los árboles fueron ampliamente explotados por los babilonios, persas, asirios hebreos y cananeos. Los Fenicios exportaban la madera de cedro en bruto, principalmente a Egipto y a sus colonias en el mar Mediterráneo.
Los cedros más famosos son los de Besharre, muchos de los cuales tienen cientos de años. Cuatro de estos árboles, cuya edad se estima entre 1.500 y 2.000 años, han alcanzado una altura de 35 metros y sus troncos entre 12 y 14 metros de diámetro. Siendo los cedros de Besharre un patrimonio nacional, merece que se le brinde todo el cuidado y la debida atención. En 1876, la Reina de Gran Bretaña ordenó cercar los "Cedros del Señor" para protegerlo de los rebaños y en especial de las cabras. En 1985, se constituyó la " Asociación de Amigos de los Bosques de Cedros" a fin de reparar los daños provocados por el hombre y la naturaleza.
Ya desde la Antigüedad, la madera de cedro fue muy apreciada; en especial la del cedro del Líbano. En Egipto, se empleaba para fabricar las embarcaciones de los faraones, así como sarcófagos y muebles, asimismo, griegos y romanos tallaron estatuas en la madera de este árbol. Debido al aroma que desprende cuando arde, la madera del cedro del Líbano fue muy utilizada para los sahumerios.
Los romanos también la emplearon en la confección de antorchas aromáticas.
En la antigüedad se usaban para aromatizar las ceremonias religiosas, pero también para ungüentos y pomadas perfumadas. Dentro de los olores amaderados también se incluye la esencia de musgo de distintos árboles.
Los romanos también la emplearon en la confección de antorchas aromáticas.
En la antigüedad se usaban para aromatizar las ceremonias religiosas, pero también para ungüentos y pomadas perfumadas. Dentro de los olores amaderados también se incluye la esencia de musgo de distintos árboles.
El aceite de este árbol constituyó en Egipto un componente importante tanto de cosméticos, como de bálsamos para la momificación, empleándose también como protección para papiros. Utilizaban también el aroma del cedro para hacer perfumes y fragancias.
En el Viejo Testamento existen numerosas referencias a los majestuosos bosques del Líbano. Según la ley de Moisés, la madera de cedro era muy utilizada por los israelitas en sus ofrendas. Cuando el rey Salomón decidió construir su famoso templo de Jerusalén, envió una petición al rey Hiram de Tiria, solicitándole cortar árboles. Éste aprobo su demanda y el rey envió tres grupos de 10.000 hombres al Líbano para su extracción. Los árboles fueron enviados por barco a Palestina y el rey Salomón le dio a cambio grano, aceite de oliva y oro. Los egipcios utilizaban su madera para construir sus barcos y palacios, así como sus cámaras funerarias. Así mismo se empleó en la construcción el gran palacio de Persépolis en Mesopotamia.
El Rey Salomón pidió grandes cantidades de madera de cedro, al Rey Hiram de Tiro, para construir su templo en Jerusalén. Los egipcios usaron la madera para la construcción de sus navíos y sarcófagos, y emplearon el aceite de cedro para la momificación. El relato de Unamón, en el s. XI a. C , pero sobre todo las fuentes asirlas y babilonias del I milenio, testimonian claramente de la importancia industrial y económica de la explotación de los bosques del Líbano.
Un célebre pasaje del segundo oráculo de Ezequiel contra Tiro, datable según las opiniones en algún momento entre los siglos VIII y VI a. C , enumera el ciprés y el cedro entre los materiales que intervienen en la construcción del barco con el que el profeta identifica a la ciudad’-‘. La madera de cedro también se empleó en siglos anteriores, como muestra el mencionado barco de Uluburun, de fines del s. XIV a. C. como se vio arriba: cedro es precisamente una de las maderas que transportaba como mercancía y el material con el que se confeccionaron sus tablas y quilla’”.
Dentro del mismo siglo XIV a. C , y según una reciente propuesta de Cario Zaccagnini, algunas de las quejas que el rey de Tiro expone al faraón en el marco de la guerra que mantiene con Sidón y de la que dan cuenta las cartas de El-Amama, tendrían en realidad como trasfondo la imposibilidad de los tirios de acceder a los bosques del Líbano y por tanto, de comerciar con los cedros.